Muchos padres se preocupan cuando descubren que a su bebé le huele mal el ombligo. Sin embargo, no es necesario alarmarse, ya que se trata de un problema muy común que suele tener una fácil solución.
La mayoría de los bebés presentan un ombligo maloliente debido a la presencia de bacterias. Esto es completamente normal, ya que el ombligo es una zona húmeda y cálida que proporciona un ambiente ideal para que las bacterias se multipliquen.
Afortunadamente, solucionar el problema de que a tu bebé le huele mal el ombligo es muy sencillo. Lo único que necesitas hacer es limpiar el ombligo con agua y jabón cada día. También puedes utilizar una solución de vinagre y agua para ayudar a eliminar el olor.
Si el problema persiste, puedes consultar a tu pediatra. En algunos casos, el ombligo maloliente puede ser un síntoma de una infección más grave. Sin embargo, esto es muy raro y la mayoría de los bebés se recuperan rápidamente con el tratamiento adecuado.